[ESP/ENG] Un año en Europa / One year in Europe

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Un año en Europa

Hace un año ya que volví de Katmandú, Nepal, de pasar allí casi 9 meses especiales entre los especiales. Fue un periodo de transformación, trabajo interno, diversión, evasión y aprendizaje entre otras cosas. Tuve la mejor compañía: la familia Khadgi, mi familia nepalí, que me acogió en su casa como siempre, como a uno más de la familia; y a dos muy buenos amigos, austriacos: Werner y Brigitte.

No me faltó de nada. Viví en la abundancia del Amor, la Luz, el Aprendizaje, la Risa y más cosas. Primero, decidí quedarme voluntariamente desechando la oferta del Ministerio de Exteriores para volver a España. Hablé por teléfono con mi hermana, para ver si mi vuelta a España iba a ser útil en casa, ayudando en algo, pero me dijo dos cosas: la primera que volver a España suponía estar encerrado en casa; y la segunda fue una pregunta: “¿Qué has pensado hacer?”. Mi respuesta fue clara y rápida: “No me he parado ni 2 minutos a pensar qué hacer, porque lo que siento es que me he de quedar”. Su apoyo fue, como siempre ha sido, incondicional.

Los dos sabíamos el riesgo que suponía quedarme. En aquel entonces, marzo de 2020, no sabíamos tanto como hoy del “bicho” y los medios nos decían que contraerlo suponía prácticamente morir. Los hospitales en Nepal no son tales, y le dije que me quedaba con la posibilidad de que un día si me infectaba llamaría para decir adiós... Finalmente las cosas fueron peor en España que en Nepal.

Desde el principio me metí de lleno en ocupar mi tiempo en Yoga, Meditación, aprendizaje de Astrología Védica, y durante un tiempo ayudar en la ONG “Hugging Nepal”. Me sentí siempre bien acompañado con mis amigos, mi familia, y la suerte de estar cerca de mis Maestros de Cuencos Tibetanos, Yoga y Jyotisha. A mis familiares y amigos en Europa los extrañaba sí. A quien más echaba de menos era a mi hermano Jose, por lo especial que es.

Cuando se podía volver a España decidí no volver, pese a que fueron muchos los meses esperando noticias relativas a la apertura del aeropuerto de Katmandú. Cuando este abrió definitivamente me quedé más pues andaba inmerso como nunca había estado en la vida de Nepal (pese a estar viajando al menos una vez al año desde 2010).

No fue fácil volver, había forjado una rutina nada aburrida de aprendizaje, voluntariado y vida social. Hasta tuve dos opciones para poder casarme, tal cual... pero no estaba mi Corazón preparado como lo está hoy. Pero tenía que volver, mi familia me extrañaba mucho y ya tenía muchas ganas de poder hacer Tratamientos de Cuencos Tibetanos, lecturas de Cartas Astrales (que hasta entonces hacía solo por teléfono) y ver de primera mano qué pasaba en Europa.

Mi llegada primero por Austria, después Catalunya y ya en Navidades a Calatayud fue extraña. Se me hacía raro todo. Esto siempre pasa cuando vuelves de India o Nepal, pero esta vez era más raro: las mascarillas, el miedo de la gente, la puta distancia social (no puedo llamarla de otra forma), y los medios de “comunicación” (para estos tengo otras palabras, pero aún son más feas).

Pasé más de medio año en casa de mis padres. Desde los 18 años cuando me fui a estudiar fuera no había vuelto a casa para estar más de, como mucho, unas dos semanas. Y ahora volvía para más de medio año... pero como dijo aquel maestro: “Si crees que estás Iluminado vete a vivir unos días con tus padres”. No fueron unos días solo, sino unos 200. Y creo que superé la prueba. Además el tiempo pasó entre libros, documentales, y música. No tuve vida social porque no quería ni traer una simple gripe a casa, me sentía responsable de ello y si hubiera vivido solo hubiese sido diferente.

A principios de verano empecé a salir a trabajar: Valencia, Barcelona, Sitges... y a inicios de Agosto salí a Austria. Era la primera vez que iba a Austria con billete de ida, solamente. Una voz interna, mientras compraba el ticket de avión me dijo que apretase el botón de “One way”, sin saber yo qué era lo que me deparaba esta vez Austria. Y entre otras sorpresas, como ir a Hungría, visitar el Cuenco Tibetano más grande del mundo, u organizar el que ha sido el mejor de los Retiros de Meditación, Cuencos y Astrología... me esperaba la mayor de las sorpresas: me enamoré cuando menos lo buscaba, cuando menos estaba yo por la labor, pero cuando tenía que suceder...

Y aquí ando, un año después, viviendo en el sureste de Austria, viviendo una vida que hace un año ni siquiera me imaginaba, con la mejor compañía y en medio de la naturaleza, a dos minutos de un bosque y en la zona menos fría del país...

Eso sí, es importante sea el que sea el destino que mi vida toma, estar siempre lo más conectado posible con esa parte de Luz que todos y todas tenemos dentro, sea en Nepal, Austria, España o donde el destino y el Karma de conduzcan. Y no menos importante saber trabajar en mi Ser, transformar mi Camino, y aceptar las cosas como son, no como me gustaría que fueran. No soy posibilista, me esfuerzo en forjar mi vida, pero lo que escapa a mi voluntad, lo que viene desde lo Alto para mí lo acepto y lo agradezco, sea dulce o amargo, porque está ahí para enseñarme algo.

Espero que este largo escrito os sirva de utilidad, ánimo o inspiración. A mí me ha gustado compartir algo de este año aquí en Europa, de nuevo.


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One year in Europe

It's been a year since I returned from Kathmandu, Nepal, from spending almost 9 special months among the special ones. It was a period of transformation, inner work, fun, escape and learning among other things. I had the best company: the Khadgi family, my Nepalese family, who welcomed me into their home as always, as one of the family; and two very good friends, Austrians: Werner and Brigitte.

I lacked for nothing. I lived in the abundance of Love, Light, Learning, Laughter and more. First, I decided to stay voluntarily, rejecting the offer of the Ministry of Foreign Affairs to return to Spain. I spoke to my sister on the phone, to see if my return to Spain would be useful at home, helping in any way, but she told me two things: the first was that returning to Spain meant being locked up at home; and the second was a question: "What have you been thinking of doing?" My answer was clear and quick: "I haven't stopped for two minutes to think about what to do, because what I feel is that I have to stay". Her support was, as it has always been, unconditional.

We both knew the risk of staying. Back then, in March 2020, we didn't know as much as we do today about the "thing" and the media told us that contracting it meant practically dying. The hospitals in Nepal are not such, and I told her that I was left with the possibility that one day if I got infected I would call to say goodbye.... In the end things were worse in Spain than in Nepal.

From the very beginning I got fully involved in occupying my time with Yoga, Meditation, learning Vedic Astrology, and for a while helping in the NGO "Hugging Nepal". I felt always in good company with my friends, my family, and the good fortune to be close to my Tibetan Singing Bowls, Yoga and Jyotisha Masters. I did miss my family and friends in Europe. The one I missed the most was my brother Jose, because of how special he is.

When it was possible to return to Spain I decided not to go back, even though I had been waiting many months for news of the opening of the airport in Kathmandu. When it finally opened I stayed longer as I was immersed as I had never been in the life of Nepal (despite travelling at least once a year since 2010).

It wasn't easy to return, I had forged a routine of learning, volunteering and social life. I even had two options to get married, as it is... but my heart wasn't ready as it is today. But I had to go back, my family missed me a lot and I was already looking forward to Tibetan Singing Bowls Treatments, Astrological Chart readings (which until then I only did by phone) and to see first hand what was going on in Europe.

My arrival first in Austria, then in Catalonia and then at Christmas in Calatayud (my born place) was strange. Everything seemed strange to me. This always happens when you come back from India or Nepal, but this time it was stranger: the masks, the fear of the people, the fucking social distance (I can't call it anything else), and the media (for these I have other words, but they are even uglier).

I spent more than half a year at my parents' house. Since I was 18 when I went abroad to study, I hadn't returned home for more than, at most, about two weeks. And now I was back for more than half a year... but as that Master said: "If you think you are Enlightened, go and live with your parents for a few days". And I think I passed the test. Besides, the time passed between books, documentaries and music. I didn't have a social life because I didn't even want to bring a simple flu home, I felt responsible for it and if I had lived alone it would have been different.

At the beginning of summer I started to go out to work: Valencia, Barcelona, Sitges... and at the beginning of August I went to Austria. It was the first time I was going to Austria with a single ticket. An internal voice, while I was buying the plane ticket, told me to press the "One way" button, without knowing what Austria had in store for me this time. And among other surprises, such as going to Hungary, visiting the largest Tibetan Singing Bowl in the world, or organising what has been the best Meditation, Singing Bowls and Astrology Retreat ever... the biggest surprise awaited me: I fell in love when I least expected it, when I was least willing, but when it had to happen....

And here I am, a year later, living in the south-east of Austria, living a life that a year ago I couldn't even imagine, with the best company and in the middle of nature, two minutes away from a forest and in the least cold part of the country...

Of course, it is important, whatever the destination my life takes, to be always as connected as possible with that part of Light that we all have inside, be it in Nepal, Austria, Spain or wherever destiny and Karma lead me. And no less important to know how to work on my Being, to transform my Path, and to accept things as they are, not as I would like them to be. I am not a possibilist, I strive to forge my life, but what escapes my will, what comes from Above for me I accept it and I am grateful for it, be it sweet or bitter, because it is there to teach me something.

I hope this long writing will be of use, encouragement or inspiration to you. I have enjoyed sharing something from this year here in Europe, again.